Por Gustavo Emilio Rosales
Pocos textos urgentes existen en la historiografía de nuestra danza y el recién realizado por Angélica Íñiguez, Bailar en Guadalajara, lo es.
Con prosa firme de reportero, con mirada amplia que busca crear un prisma analítico en torno a su objeto de estudio, Íñiguez ensambla la genealogía coreográfica de su tierra natal. El resultado es un libro que hospeda con gentileza el afán de lectura, debido al cuidado de su edición, la correcta exposición de sus contenidos y una claridad de escritura que revela la asimilación de saberes periodísticos de otro tiempo, por parte de la autora.
En efecto, Bailar en Guadalajara, observado como un libro de periodismo cultural, transporta a quien lo habita –ya que este es su rasgo esencial, el ser, el hacerse, habitable- a una era, cada vez más distante, en la que el oficio periodístico, amén de socializar efectiva y velozmente la información, fincaba por etapas textuales la memoria del capital simbólico de la comunidad.
En tiempos del pseudo-periodismo en boga, donde las redacciones tienden a cambiar al reportero por el triste burócrata y los puestos de mando no están más a cargo de los veteranos periodistas, sino de dudosos empresarios que no saben leer, ni les importa, la exhibición del buen oficio periodístico de Íñiguez es no sólo logro, sino, principalmente, modelo.
Hay que compartir y valorar este trabajo como referencia de periodismo serio, de periodismo comprometido. Lo anterior no es poca cosa, significa que Bailar en Guadalajara, de forma patente, colabora a dar sentido al oficio profesional del periodista mexicano.
La urgencia de este texto también es histórica. Se trata de considerar que la labor de Angélica Íñiguez, a través de ensayos, reportajes, investigaciones documentales y entrevistas, traza la cartografía de al menos seis décadas de historia coreográfica contemporánea en la citada región, desde los fundadores de la misma, como Hellen Hoth y Celina López, hasta ensambles de reciente creación, como Pájaro de Nube y Tiempo Navío. Razón por la cual este texto debiera ser lectura indispensable de quien se encuentra involucrado en tareas relacionadas con la práctica artística de la danza.
Para valorar este segundo aspecto del libro no se necesita ser de Guadalajara, ni siquiera se precisa el conocimiento directo de tan bella ciudad: basta con tener mínima conciencia de que la labor colectiva de la danza va tejiendo –muchas veces a pesar de sus protagonistas- relaciones en diversos niveles a lo largo del territorio nacional, por lo que el conocimiento de una parte es un saber que ayuda a la comprensión del todo.
Así, quienes adquieran este libro tendrán entre sus manos datos y consideraciones importantes para el entendimiento de un fenómeno específico –la historia de la danza contemporánea en Guadalajara-, articulados en una sólida estructura periodística; además de contar con una importante investigación dentro de la disciplina de los estudios culturales.
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Íñiguez, Angélica. Bailar en Guadalajara, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco, primera edición, Guadalajara, Jalisco, 2006.
